Una niña barriendo en la era
una paja en el ojo le entró
Presurosa llamó a su vecino
y con estas palabras le habló.
Ay vecino, vecino del alma
ay vecino del alma por dios,
necesito que usted me la sople
y el vecino fue y se la sopló.
Mientras más le soplaba la paja en el ojo a la Niña
más le calmaba el dolor,
necesito que usted me la sople
y el vecino fue y se la sopló.
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