Cuando llega el 1 de septiembre es una fecha señalada para la historia del folclore en Gáldar y en Canarias, y no es que lo diga Moisés Rodríguez si no que así lo recogen las crónicas de los anales de la historia.
Hace ahora 48 años, en poco más de tres horas, se puso en marcha la maquinaria para ver el nacimiento de uno de los grupos más tradicionales e importantes que ha dado la historia contemporánea del folclore en Canarias, un grupo que en todo momento representó en los escenarios, con mejor o peor hacer, el folclore como la expresión espontánea del pueblo, que sin lugar a dudas fue el espíritu que originó su nacimiento.

Fueron muchos los folcloristas de renombre que portaron la vestimenta negra y blanca heredada del legendario grupo Los Viejos de Gáldar, pero no solo fue la vestimenta lo que heredó aquel joven colectivo, ya que pudo heredar la sabiduría musical de Los Hijos de La Noche donde estaba aglutinada la “estirpe” más importante de folcloristas que ha dado la ciudad de Gáldar hasta el momento. Nombres tan importante como Antonio Martín, Juan Gutiérrez, Pancho Saavedra, Manuel González, Romualdo Mederos, los hermanos Rodríguez, Manuel Ríos, Antonio Pérez, Manuel Sánchez, etc... pasaron a formar parte del plante del novel grupo que sin lugar a dudas nació con un pan bajo el brazo, y digo un pan bajo el brazo porque los 30 jóvenes amigos con la fuerza y la ilusión de la juventud pudieron entremezclarse con la experiencia y la calidad de Los Hijos de La Noche, lo que hizo que el grupo en poco tiempo se colocase en el candelero de la música en Canarias.

Un grupo que paseó el nombre de Gáldar por todo el archipiélago canario, Madrid, Salamanca, Valladolid, Palencia y Castellón a nivel nacional; Portugal, Marruecos y Nueva Orleans fueron los destinos a nivel internacional.
En casi medio siglo da tiempo a que pasen muchas cosas, como es obvio todas no pueden ser buenas, quien está en un grupo sabe que lo difícil no es crear el colectivo sino mantenerlo. Todos los grupos pasan por momentos de éxito y otros menos exitosos, sería poco serio por mi parte no reconocer que han habido crisis muy profundas que incluso han parado la actividad del reconocido grupo.
En estos momento el grupo se encuentra parado solamente a dos años de celebrar el 50 aniversario, una fecha ineludible para los amantes del folclore y por supuesto para la historia del folclore de Gáldar. Cabe recordar que toda la historia del folclore ha sido heredada por el grupo cebollero.
Bajo mi punto de vista, dejando rencores a un lado y por su puesto todos los sentimientos y recuerdos que me unen al grupo, expongo lo siguiente: la cultura tradicional es patrimonio de todos los pueblos. Todos hacemos uso de esta cultura pero no pertenece a nadie en particular. De la misma forma que nosotros la hemos heredado de nuestros antepasados tenemos el deber de legarla a nuestro sucesores, somos el eslabón imprescindible que hace que la cadena no se rompa, caeríamos en una grave responsabilidad histórica si dejásemos acabar lo que durante los últimos 48 años ha sido signo de identidad, esencia cultural, forma de ser y rasgo diferenciador de nuestro pueblo. Cualquier persona que se sienta identificada con la historia del grupo y con la historia del folclore en Gáldar debe intentar atajar la más que anunciada desaparición de Los Cebolleros.
Muchos de ustedes después de leer este artículo pueden estar pensado que por qué he escrito todo esto, pues muy sencillo, uno nunca puede olvidar de dónde viene y dónde adquirió los primeros conocimientos folclóricos, sería ingrato por mi parte borrar de mi memoria los casi 20 años que pasé en el grupo, además de ser para mi un orgullo haber sido el director del grupo junto con la asesoría musical de Carmelo Jiménez.
Me duele que por diferentes causas el grupo esté parado, porque aunque yo haya fundado otro grupo, Sábor de Gayres, el cual ha sido mi proyecto, mi corazón siempre tendrá sentir cebollero.
Antes de finalizar mi artículo me vuelvo a acordar de Pacuco Molinos, que durante 15 años compartimos muchos ratos y vivencias, esa exclamación que decía en medio de algunas partes musicales la hago hoy mía” ! Ay cebollero¡”